En mi consulta recibo casi a diario a hombres preocupados por su desenvolvimiento en la parte sexual con sus parejas o compañeras o compañeros sexuales, debido a la dificultad de mantener una erección. Pero, ¿Qué es la disfunción eréctil y por qué se produce?
La disfunción eréctil es la incapacidad recurrente o persistente de tener o mantener una erección firme para lograr una relación sexual satisfactoria. La misma, puede deberse a un origen orgánico, psicológico o mixto. Dentro de las causas orgánicas tenemos:
- Enfermedad cardíaca
- Diabetes
- Hipertensión
- Obesidad
- Colesterol alto
- Traumatismo en la región pélvica o en el pene
- Cirugía de la próstata o vejiga
- Tabaquismo y/o consumo excesivo de alcohol
- Uso de drogas ilícitas
- Medicamentos como antidepresivos, antipsicóticos, antihipertensivos, tratamientos para el cáncer, entre otros
Entre las causas psicológicas están:
- Estrés
- Ansiedad
- Depresión
- Problemas de pareja
- Baja autoestima e inseguridad
- Traumas o historia de abuso sexual
La ansiedad afecta negativamente la erección a través de mecanismos psicológicos y fisiológicos:
Activación del sistema nervioso simpático
La ansiedad activa la respuesta de “lucha o huida” (liberación de adrenalina).
Esto contrae los vasos sanguíneos y dificulta la relajación del músculo liso del pene, inhibiendo la erección.
Pensamientos negativos y autoobservación excesiva
El miedo al “fracaso” genera una espiral de preocupación que interfiere con la excitación.
Se genera un ciclo de autoevaluación constante (”¿Funcionará esta vez?”), lo que agrava la ansiedad y empeora la erección.
Condicionamiento negativo y evitación
La ansiedad ante el rendimiento puede generar un condicionamiento negativo (asociación del sexo con estrés).
Esto puede llevar a la evitación de la actividad sexual, exacerbando el problema.
Depresión y baja autoestima
La ansiedad crónica puede coexistir con síntomas depresivos que reducen la libido.
Una imagen corporal negativa o experiencias sexuales previas frustrantes pueden reforzar la disfunción.
¿Cómo la podemos trabajar desde la psicología?
Dentro de los modelos terapéuticos más existosos y con eficacia comprobada esta la psicoterapia Cognitivo-Conductual (TCC).
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es una de las intervenciones más efectivas para tratar la disfunción eréctil de origen psicógeno. Se enfoca en modificar pensamientos disfuncionales y mejorar el control de la ansiedad.
1. Identificación y reestructuración de pensamientos negativos
Se detectan creencias irracionales como “Debo rendir siempre perfectamente” o “Si fallo una vez, mi pareja me rechazará”.
Se trabaja en reformular estos pensamientos para reducir la presión autoimpuesta.
2. Técnicas de exposición gradual y desensibilización
Se expone al paciente a situaciones sexuales en un ambiente controlado sin la expectativa de una erección.
Se reduce el miedo al “fracaso” mediante ejercicios progresivos de intimidad.
3. Técnicas de relajación y mindfulness
Se enseñan ejercicios de respiración diafragmática y relajación muscular progresiva para reducir la activación del sistema simpático.
El mindfulness ayuda a centrar la atención en las sensaciones del momento en lugar de pensamientos ansiosos.
4. Terapia de pareja
Se trabajan estrategias de comunicación con la pareja para reducir la presión del desempeño.
Se promueve el placer mutuo sin centrarse exclusivamente en la penetración.
5. Modificación de conductas y hábitos saludables
Se fomenta el ejercicio físico, la reducción del estrés y una alimentación adecuada para mejorar la función eréctil.
Se trabajan estrategias para evitar el consumo excesivo de alcohol o sustancias que puedan empeorar el problema.
Conclusión
La disfunción eréctil de origen ansioso no es un problema fisiológico sino un círculo vicioso de pensamientos negativos y activación del sistema simpático. La TCC ayuda a romper este ciclo, permitiendo que el individuo recupere confianza y disfrute de su vida sexual sin la presión del rendimiento. Además, combinar la terapia psicológica con hábitos saludables y, si es necesario, apoyo farmacológico puede maximizar la eficacia del tratamiento.