Cuando una pareja se conforma, suele pensar que esa unión será para toda la vida. Desafortunadamente para algunas parejas ese ideal no se materializa y los miembros se ven forzados a tener que terminar con el vínculo que los unió.
Este proceso es, en muchos casos, doloroso y desgastante para ambos miembros y si hay hijos la situación se vuelve más complicada. Muchas veces los niños se ven expuestos al fuego cruzado de los padres provocando una serie de consecuencias adversas para ellos. Pero, los padres pueden evitarse y evitarle a sus hijos complicaciones mayores. ¿Qué puede hacer para que la separación sea saludable? A continuación, le indicamos cinco situaciones para poner en práctica tras un divorcio:
1. No hablar en contra de alguno de los padres: en muchos casos la separación no se da en buenos términos y alguno de los progenitores se ve ¨tentado¨ o ¨tentada¨ a hablarle al hijo de todo lo malo que ha hecho su padre o madre. Hacer esto sólo agrava la situación y genera más tensión en la familia.
2. No poner al hijo a escoger: ocurre muchas veces que alguno de los progenitores condiciona el amor de sus hijos a la escogencia de alguno de ellos provocando en los hijos mucha ambigüedad de emociones no sanas que pueden ser canalizadas de una forma nada adecuada.
3. Comentarles a los hijos las situaciones que llevaron al término de la relación:si bien es cierto a los hijos hay que hablarles con la verdad, existen detalles de la relación de pareja que no tienen por qué conocer pues pertenecen a la intimidad de ese vínculo. Información innecesaria puede no ser bien procesada por los hijos y llegar a ser contraproducente.
4. Evitar convertir a los hijos en mensajeros: los padres en ocasiones utilizan a sus hijos como mensajeros para enterar a su ex de la nueva vida que llevan, con afán de infundir envidia o para tratar temas económicos o de manutención de los hijos. Esta práctica también es perjudicial para el desarrollo emocional de los hijos.
5. No descuidar el rol de padres: cuando se da la separación y alguno de los padres se va de la casa, no tiene el contacto diario que tenía con sus hijos como cuando convivían bajo el mismo techo. Esta lejanía en muchos casos hace que alguno de los padres descuide su rol y no preste la atención debida a los hijos. Dedicarle el tiempo que ellos requieren es fundamental para el buen desarrollo psico emocional y para afianzar los lazos paternofiliales.
Como se mencionó, el divorcio es un proceso desgastante y doloroso para todos los miembros de la familia. Los padres deben de comprender que el conflicto se da en la relación de pareja por tanto no deben de incluir a los hijos en sus peleas y desencuentros como pareja.
Procure primar el bienestar superior de los hijos frente a las desavenencias entre adultos. Los padres deben de procurar que su rol de padres sea nutricio y agradable para sus hijos y en ninguna circunstancia deben de ponerlos como mediadores o en medio de sus problemas como pareja.
Redactado por el Psicólogo Clínico y de la Salud, MPsc. Esteban Carvajal.